Quiero comprarme una cámara. No tengo dinero.
Quiero sacarme el carné. No lo hago.
Quiero un trabajo de fines de semana. No lo encuentro.
Quiero ir a Madrid. No tengo tiempo.
Quiero unas vacaciones. No me las dan.
Quiero y quiero y quiero y quiero.
No, no, no y no.
Ah, también quiero escribir post mejores.
Me cortaron Internet. Lo voy a reponer pero pasará un tiempo. No sé ni para que digo esto.
:S:S:S:S:S:S:S:S:S:S:S:S:S:S:S:S:S
En el sueño de hoy estaba en un Corte Ingles. Era tan grande que media parte daba a Madrid y media parte a Barcelona. En el sueño aparecía una mujer de pelo castaño de esas que con un beso resucitan a un muerto. Era impresionante. Obviamente yo estaba detrás de ella. Obviamente tenía novio. En un momento del sueño nos enfrascábamos en una carrera de ascensores un tanto futurista ya que por instantes parecía que fuéramos en una atracción de Feria o un vagón de Metro un tanto acelerado recorriendo las plantas del centro comercial y causando sensación entre el personal del mismo.
Esto y que al final no me llevaba de calle a la chavala. Poco mas recuerdo.
He de reconocer que cada día me atrae más la fotografía. Ya no soy yo el que capturo momentos, ya que aunque no eche la foto, los momentos me capturan a mí. Me transporto, encuadrado con un zoom, a un marco blanco sobre un papel satinado marca Kodak y allí me quedo, enfocado, lúgubre, beodo, pero inmortal, como inmortales son los mitos. Ya lo decía Cartier-Bresson, " Fotografiar es retener el aliento cuando todas nuestras facultades convergen para captar la realidad huidiza. Es colocar en la misma línea de mira la cabeza, el ojo y el corazón. ". Hoy precisamente habré retenido en mi retina (y solo en esta, una pena) una decena de imágenes fascinantes. Lo curioso es que al advertirlas pensé por un segundo como normalmente se hace. Estás tan acostumbrado a la fugacidad del momento, que transformamos el instante presenciado en algo habitual, común e irrelevante.
Sin embargo, y cambiando de tema, la antitesis de la fotografía en mi vida siempre fue el piano. Lo digo | escribo oyendo a Yann Tiersen y conmovido por el suave sonar de las teclas del que fue siempre y quizás sea mi instrumento favorito. Curiosamente siempre me atrajeron las melodías a piano, por no escribir que siempre quise aprender a tocarlo. Fue digamos, mi amor prohibido. Recuerdo que mi madre siempre decía que tenía manos de pianista...
Ahora los papeles se cambian así como tan fácil arrancamos las hojas de los calendarios. El tiempo dicta sentencia y el piano pasa a ser algo mas allá de lo que puedan dominar mis manos. En su lugar aparece la fotografía llamando a la puerta y llenando un gran hueco en el puzzle de mis inquietudes.
¿Que será mañana?
Últimamente ando algo derrochador. Compras redundantes por Internet, revelado de fotos por probar en Fnac, los fines de semana no escatimo un euro tampoco
a este paso nunca aprenderé a llegar a fin de mes. Lo peor de todo es que el 1 de octubre se me acaba la beca en el trabajo (sí, soy becario) y mi futuro huele a pretérito imperfecto. A pesar de todo nunca me ha preocupado tener el bolsillo vacío aun estando acostumbrado a tener dinero normalmente, y es que, gran problema ó no el mío pero nunca le tuve aprecio al dichoso parné. Creo que solo se trata de tener el control sobre él, es decir, que no sea él quién te controle. Todo esto viene a que de un tiempo a esta parte me encuentro con gente que les resulta escrupuloso pagar un taxi, sacar una entrada de cine o pagar la entrada a un local un sábado night. No lo comprendo ya que mi diversión, comodidad, etc, no tienen precio. No digo que si se pueden evitar gastos innecesarios se hagan, pero hay veces que es irremediable. Curiosamente la gente a la que me refiero son los primeros en gastarse una pasta en tabaco, comprarse un coche ó una moto, un home cinema con dolby tripilogic surround de gradenauer o los más costosos artículos. Ves tú, yo a tanto no llego pero si no me queda otra cojo un taxi sin preocupación alguna. Si el día de mañana no tengo pelas me lo habré gastado gustosamente, sin tener que pensar, como muchos, en la roncha que tienen con los bancos.
Así pues, mi situación laboral hace que me considere una persona humilde económicamente hablando, mi sueldo de becario no da para mucho, pero no me privo de nada. Hasta cuando morimos nos toca soltar dinero para el nicho o el seguro de tan jodido momento. Será esa la única situación en la que quiero negarme a pagar. Anda y que me tiren al río.
PD: Auna es tan cutre que hasta tardan en cortarme el servicio.
Ya lo avisaba. Septiembre iba a ser un mes de cambios. Lo que no me esperaba es que fueran tan rápido y tan radicales. De momento he de despedirme ya que se me acaba Internet. En pocas horas mi persona no traspasará los límites de las paredes que marcan los confines de mi casa. Una pena ya que esto es practicamente el principal entretenimiento que tengo.
Tanto este blog como el fotolog me han ayudado personalmente a expresarme un poco mas si cabe a ese mundo que tantas veces creemos que nos tan es hostil. He aprendido mucho y sobre todo he conocido gente magnífica que es de lo que mas me alegro. A todos vosotros, gracias. Tampoco quiero que esto sepa a despedida, ya que, aunque practicamente lo sea trataré de vez en cuando de conectarme destrangis y dejar algunas impresiones como hasta hoy lo había hecho.
En cuanto pueda restauraré la conexión. Lo que no sé es cuando. Puede que pase mucho tiempo... si queréis mandarme flores eso ya es más fácil: Jesuli17@hotmail.com ó la recién estrenada Esmentira@gmail.com.
De momento iré corriendo a refugiarme en mis libros. Os aseguro que es el mejor sitio donde naufragar.
Hasta pronto.
Hoy he soñado que volvía a Fnac. Una vez mas me enfundaba ese chalequito con una sonrisa en el rostro. Un montón, obviamente, de caras desconocidas pero la sensación era de estar como en casa. Y es que todavía no he tenido otro trabajo igual.
No solo había cambios de personal. También recuerdo cambios en la disposición de la planta. Se estaba haciendo como una especie de mudanza. Aun así todo trasncurría entre risas y bromas.
Me he sentido tan bien durante el sueño que he tenido que despertarme.
"... y la de maricones que hay ahora. Vas al centro y los ves agarrados de la mano. Dan asco, con lo buena que está una gachí. Eso sí, yo los respeto." ó "... las tias se aprovechan porque hay mucho primavera suelto por ahí. Yo ya estoy hasta la polla de mi mujer y mis hijos."
Un taxista cualquiera a las 7 de la mañana, 4 de Septiembre de 2004
Joder con los taxistas.
"... porque la vía para usuarios, es, la que usan los usuarios, osea, nosotros."
Mi profesora de autoescuela, 2 de Septiembre de 2004
...y así, ¿quién se saca el carnet de conducir?.
El 1 de septiembre es mi equivalente al 1 de enero de 2005. He vuelto a ir a la autoescuela, he vuelto a ordenar mi cuarto, mi alma, mis pensamientos, he vuelto a ordenar mis ideas, mi pelo, mis costumbres. Que todo esté en orden, por dios, aun a sabiendas de que no exista. No me importa, empiezo de cero nuevamente. De hecho, retomo el último placer para mí; escribir. Y lo hago casi inspirado por mis neuronas. Neuronas que empiezan a tranquilizarse por el no tan calor que hace, porque cuando salgo de los sitios ya no es de día o cuando me voy a trabajar todavía es de noche. Y eso, sencillamente, me inyecta paz y calma. Estoy, para ejemplificar mejor mi transigible estado, como Jesús Quintero entrevistando a Sabina. Y espero que dure mucho. Nunca fui hombre de palabra. Palabra de borracho, aunque hoy, mi otro yo me diga lo contrario. Ese que me grita en el espejo cada vez que le miro con ojos nobles y mirada severa. Hoy, él y yo, no nos hemos mentido; lo juro por el anillo de mi madre. Septiembre me ha cargado las pilas y pienso aprovecharme, como se aprovecha uno de la mujer fácil un sábado noche sin invitar a copa. Vuelvo a tomar las riendas de mi vida, el 1 de septiembre he decidido quitar el piloto automático. Y es que, conducir el destino sin manos es cómodo, pero si de aquí en adelante me estrello quiero ser yo el culpable de ello. Como el anuncio del Clio, ni mas ni menos, pero en vez de un pingüino o un mono, en el asiento de al lado se sienta, sin ballesta ni dinamita, la dejadez con cara de espanto y llamativo cuerpo de rubia. Esta vez, sin rubia ni copiloto imaginario, conduzco yo. Ni atajos ni senderos, ni guias Campsa ni Gprs. Solo yo.
Septiembre, hojas secas, incertidumbre, sorpresas, cambios radicales, a dormir mas temprano, aligera-que-llegas-tarde, tapamequetengofrio, dormir con calcetines, bufandas con cremallera. Atrás todo un verano, insulso, pero un verano. El 1 de septiembre ya casi hace frío, no tengo arena en los bolsillos aunque casi todo me sepa a sal
y a sangría (inolvidable finde en Madrid).
El 1 de septiembre de 2004 vuelvo a nacer teniendo 21 años.
Sonando + The Cure Close to me